Fue luego de que tu ser dejase un desgarrador vacío en la piel de mis lunares que comprendí que amarte ya iba mas allá de lo incomprensible. Te busqué, pero juro que no pude encontrarte. Al menos no mirando al mismo lugar donde siempre solías estar, al menos no en la soledad de una Luna incompleta.
Me daba miedo el buscar mas allá, pero es que te juro que buscaba en su sonrisa, su mirada y ya nada me cautivaba. Tu esencia ya no estaba. Recuerdo como hacías que mis cráteres se convirtieran en lunares, y como lograbas bajarme la luna con un suspiro, pero todo eso había desvanecido. Hacia frió, y tu calor ya no estaba.
No hice más que gritar prisionera anhelando buscarte mas allá donde mis ojos te han de encantar. Más allá donde anillos bailan al compás de mi pelo. Donde el tiempo es una ilusión y el deseo infinito de amar se detiene en un beso. Donde la brisa se desliza entre mis dedos, haciendo que la búsqueda hacia Saturno, sea un viaje sin regreso. No se donde estés, quizás te encuentre ahí, pero ahora mismo me siento a la deriva, como un barco que navega en un mar azabache repleto de luciérnagas perdidas.
Sera que estás en Saturno? Lo sabré cuando mi piel te tenga de vuelta.
– Chandra Z.
